Higiene

El mantenimiento de un labrador es sencillo. No requiere de baños habituales (no más de uno al mes!!!), pero sí de un cepillado regular, puesto que pierde gran cantidad de subpelo, en especial en época de muda. Al cepillarlo elimina el pelo suelto, evitando que se desparrame por todas partes. El labrador cuenta con un manto muy particular, con una grasitud única (similar a la de los patos), dado que es un perro de agua. Si nosotros eliminamos esa gratitud con detergentes y shampooes muy frecuentemente, su organismo fabricará más y más sebo, haciéndolo cada vez más oloroso y su pelo estará cada vez más seco y opaco. Aproveche el manto autolimpiante del labrador!!! Déjelo ensuciarse y mojarse, que es lo que él más adora en el mundo! Lo único que necesita es un ratito para esperar que se seque antes de que vuelva a ser el de antes y pueda volver a entrar en el auto o en la casa.