TEMPERAMENTO


El temperamento del Labrador es una característica distintiva de la raza. Es el compañero ideal con el que sueña toda la familia: es cariñoso, inteligente, bondadoso, equilibrado, fiel y sociable, sin signos de agresividad o timidez y siempre bien dispuesto para todo. Es un excelente e inseparable compañero, con una fuerte tendencia a complacernos, su fidelidad puede llegar a límites extremos. Su alegría de vivir innata está siempre manifiesta en su expresión y actitud. Se encariña con todos los miembros de su jauría humana.
Con los niños se muestra juguetón y dulce y demuestra tener una gran paciencia frente a los comportamientos comunes de los más pequeños, como ser los tirones de orejas, dela cola u otras acciones que muchas veces, inclusive, le causan dolor al labrador. Sin embargo, los niños pequeños pueden terminar en el suelo, pues un labrador fogoso y vital no siempre es consciente de su fuerza!, pero de ser así, siempre será por una gran demostración de cariño!, nunca de agresividad.
Al ser una raza muy sociable, acepta fácilmente la presencia de otros perros, gatos o de cualquier otro tipo de animal, toda compañía es más que bienvenida para él.
El labrador es muy dependiente de su dueño y es imposible mantenerlo aislado, por lo que necesita estar integrado a su nuevo ámbito familiar, como un miembro más de ella. Tanto la soledad como el sedentarismo pueden ser causa de fuertes depresiones. Es absolutamente necesario asegurarle la presencia habitual de alguien en la casa, aunque sea la de otro perro con quien pueda jugar. Si no puede cumplir con esta condición, el labrador no es una raza para usted!
Es un perro sumamente amistoso, lo que no lo hace una raza guardiana por naturaleza, pero esto no implica que ante una situación de riesgo no haga todo lo posible para defender a su familia, tanto humana como canina. No es un perro ladrador, pero sabe avisar la llegada de un extraño, aunque puede tener el mismo recibimiento entusiasta con los amigos que con los intrusos.
Disfruta mucho del agua, es un excelente nadador, su anatomía está especialmente preparada para serlo y su pelage lo protege en los climas más fríos. Es un perro rústico, resistente y saludable.
Es necesario un ejercicio regular y una enseñanza básica. El labrador necesita sentirse útil y todo lo que le enseñe lo aprenderá con gran rapidez y entusiasmo. Es el indicado como primer perro para quienes no tienen experiencia en materia de educación, puesto que es más sencillo corregir los errores de un principiante. El labrador sabe utilizar su encanto para conseguir sus fines!
Actualmente, por la gran difusión que ha tenido la raza, además de ser considerado como un perro familiar, y a pesar de que su verdadera función sea la de un cobrador de cazas (retriever), sus grandes aptitudes lo llevaron a convertirse en una de las razas más populares y versátiles. Es receptivo al adiestramiento especializado, desarrollando sus habilidades en las más variadas actividades con el mismo placer y eficacia: su estabilidad característica, su tranquilidad y dulzura lo hacen un notable lazarillo; como perro de asistencia, el labrador ayuda a los minusválidos físicos en sus tareas cotidianas; tiene un papel relevante como apoyo moral en enfermos, niños y ancianos; su nariz sensible es indispensable para los cuerpos de seguridad en la búsqueda de estuperfacientes, detección de explosivos, rastreo de personas en catástrofes, etc.
La lista es interminable y de lo más variada, tanto en situaciones de riesgo y servicios humanitarios, como en otras actividades deportivas y recreacionales, de allí que se hable del labrador como la raza más versátil.